Este artículo nace intentando aclarar las dudas que pudo provocar el artículo titulado"El sorprendente crecimiento de la inversión extrajera en la deuda pública de España" sobre el que tengo pedir disculpas por haber pensado todo el mundo conocía la situación entre China, Estados Unidos y Japón cuando debería haber supuesto que en España, prácticamente nadie hace un seguimiento de los mercados asiáticos y menos aún de la economía China y las relaciones con su entorno natural, Asia y en particular, con Japón.
Si a esto le añadimos que lo que planteo es una teoría sobre un acuerdo poco conocido como es el Tratado Transatlántico y el Transpacífico, no tengo perdón y espero que me disculpéis.
En el marco que define las relaciones que existe entre Japón y China se puede calificar como mínimo de tenso, aunque ha habido momentos en que están tensión se ha relajado.
Para esta describir esta relación hay que partir de un hecho histórico y es la invasión de Manchuria por parte de Japón como extensión de su política imperialista y que a día de hoy, aunque de manera soterrada en muchas de las acciones de ese país.
Partiendo de este hecho histórico y acercándonos a la actualidad, Japón, un país netamente exportador ha visto con muy malos ojos la expansión de China primero en los mercados de los países desarrollados desplazando del primer lugar a Japón.
Pondré uh ejemplo, Japón ha ido perdiendo posiciones como exportador a Estados Unidos, en estos momentos está en cuarto lugar, quedando China como primer exportador , Canadá y México segundo y tercero respectivamente.
En el caso de Canadá y México además de tener presente el factor de cercanía, también ha jugado en su favor el Tratado de Libre Comercio firmado por los tres países.
Otro factor de tensión comercial entre Japón y China proviene por el cambio de política comercial de China a raíz de la crisis de 2008, donde se dan cuenta que su principal elemento de crecimiento, las exportaciones a países avanzados, se está reduciendo como producto de la recesión (sobre todo en Europa) y decide intensificar su relación comercial con los países de su entorno mejorando sus relaciones comerciales consiguiendo compensar la disminución de exportaciones a los países avanzados.
Este cambio de política también afecta a Japón que ver como se reducen sus exportaciones a otros países asiáticos.
Este cambio de estrategia comercial, no sólo supone una compensación a las pérdidas de las exportaciones a los países avanzados, sino que va acompañada con acuerdos relativos al uso de monedas locales.
Me explico, China lleva bastante tiempo intentado que su moneda sea una divisa pero siempre ha chocado con la oposición de Estados Unidos al ser el RMB (nombre del yuan como divisa) una moneda con un cambio controlado, de tal manera que no sería posible conocer el valor real del RMB y eso daría una ventaja a China permitiendo manejar su divisa en cada momento de la manera más ventajosa frente a los competidores comerciales.
Es curioso que Estados Unidos, con el apoyo de Japón de control de la divisa, cuando la Fed y sobre todo el Banco Central japonés controlan de manera constante sus divisas, ya sea vendiéndolas para conseguir una bajada o comprando para evitar una subida.
Siguiendo con el deseo de China para convertir el RMB en divisa, ha sido un deseo frustrado, incluso cuando ha aumentado la variación diaria del RMB permitiendo acercarse a lo que los expertos consideran su valor real.
Ante esta continuada frustración, China negocia con diferentes países asiáticos la apertura de cuentas de compensación en las divisas locales. Esto significa por ejemplo, que China abre una cuenta en RMB en rupias en la India y la India abre una cuenta en RMB (yuanes) en China.
La ventaja de este sistema es que por un lado las compras entre ambos países se pueden realizar en las monedas locales y por otro, evitan el uso de dólares que supone un coste financiero adicional en las transacciones.
Una ejemplo de esta situación, la India quiere comprar en China pero necesita convertir la Rupias en dólares, a su vez China recibe los dólares que tendrá que convertir en yuanes. Esta operativa tiene unos costes adicionales que reducen la competitividad de los productos a exportar frente a los competidores que trabajan directamente en divisas.
Este uso del dólar, tiene una desventaja adicional y es que en cierta medida, los Estados Unidos ejercen un cierto control sobre estas transacciones ya que cada transacción que se realiza debe ser controlada por la Reserva Federal.
Una vez explicado el contexto asiático es necesario explicar las relaciones entre China y Estados Unidos. Estas relaciones llevan años en una especie de montaña rusa, ya sea porque China se ha convertido en el primer exportador a Estados Unidos afectando al producto nacional norteamericano y por lo tanto provocando que el empresariado estadounidense presione constantemente a la administración norteamericana en contra de las exportaciones chinas.
A su vez, China, responde por ejemplo con la reducción de producción de las denominadas “tierras raras” fundamentales para producción de tecnología o con la compra masiva de deuda soberana norteamericana, convirtiéndose en el primer tenedor de deuda de ese país.
En caso de Estados Unidos (y de otros muchos países), la deuda soberana es la principal fuente de financiación del gobierno y por lo tanto la disminución de la compra de dicha deuda supondría una crisis de unas proporciones difíciles de evaluar.
El hecho de ser China el principal poseedor de la deuda estadounidense hace su voz tenga que ser escuchada por el gobierno norteamericano y haga las presiones de los Lobbies nacionales para aumentar las restricciones a los productos chinos se queden en medidas que podríamos calificar de meramente cosméticas.
Esta situación que podría haber sido distinta si el gobierno chino hubiera abierta la puertas a las empresas norteamericanas y les hubiera permitido trabajar en la moneda local sin restricciones. Pero esto no ha sido así y si bien los norteamericanos son los que mayor número de empresas implantadas en China, el funcionamiento de las mismas esta enormemente limitado.
Justamente en este punto es donde nacen tanto el Tratado Transpacífico, como el Tratado Transatlántico. Estados Unidos sabe que en cualquier momento puede perder la primera posición mundial como exportador frente a China y necesita crear zonas de libre comercio con sus principales socios que les permita tener una posición predominante y altamente competitiva.
Esta posición predominante se basa por un lado en la eliminación de barreras aduaneras que reducen enormemente los precios finales de venta y en los derechos intelectuales, caballo de batalla de las empresas norteamericanas frente a los productos chinos.
Estos tratados, permiten reducir notablemente la capacidad de exportación de China ya que la ventaja de los bajos costes de producción queda anulada por las trabas arancelarias de los países que conformen las zonas de libre comercio.
Donde se conecta el TTP y el TTIP con la deuda periférica europea. Como ya he explicado antes, la deuda soberana es uno de los principales medios para que un país se pueda financiar y por lo tanto quien sea dueño de esa deuda puede presionar al correspondiente gobierno para que tome unas u otras decisiones sobre la política económica.
En el caso de España, tanto los compradores norteamericanos que habían reducido su exposición a la deuda soberana española, como los japoneses que prácticamente estaban fuera, en plena segunda ronda de negociación del Tratado Transatlántico, en noviembre, deciden posicionarse en deuda soberana española y aumentar exponencialmente la compra de la misma y por lo tanto aumentando su capacidad de condicionar las decisiones del gobierno de España.
Al mismo tiempo, China que parecía dormida, llega a la posesión de 65.000 millones de euros en deuda española, colocándola en el segundo lugar de los compradores extranjeros de deuda española y poniéndose casi a la par de la que posee el Banco Santander, primer tenedor nacional con 66.000 millones.
Esta situación hace que China también utilice la fuerza de la deuda para intentar influir en las decisiones del gobierno español.
Esta lucha por la influencia sobre el gobierno español ha tenido su climax, en el viaje a Estados Unidos de Rajoy donde a pesar de las pocas ganas que la administración Obama mostró en la visita del presidente Rajoy, sí que obtuvo lo que quería y era el apoyo público del gobierno del España a la negociación y firma del Tratado Transatlántico y única razón por la que la administración acepto el viaje oficial.
La pregunta ahora es ¿Por qué es tan importante que España apoye el Tratado Transatlántico? Porque para poder validarlo, es necesario que todos los países lo firmen sin excepción alguna.
La mala situación económica de España e Italia hacen de estos dos países con peso dentro de la Unión Europea, sean vulnerables a las inversiones chinas y por lo tanto podrían haber entorpecido o frustrado la negociación del Tratado Transatlántico, riesgo que no están dispuestos a aceptar ni Estados Unidos, ni Japón.
Espero que esta larga y quizás un poco tediosa explicación haya ayudado a que puedas entender mejor el artículo.
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