En esta nueva colaboración en Radio Gramsci analizamos la nueva barra libre de liquidez a la banca europea y analizamos en profundidad aquellos detalles fundamentales que parecen haber obviado los medios masivos de comunicación a la hora de tratar la noticia y que nos indican que el sistema financiero europeo no sólo tiene y un problema de solvencia, sino que la única opción de supervivencia para poder continuar con su fagocitación de los recursos de la economía real es mediante la subsidiaciación constante del Banco Central Europeo refinanciando a largo plazo los préstamos líquidos concedidos en Diciembre de 2011 y febrero de 2012.
Si aplicamos la lógica contable sobre los créditos a familias y a empresas, el Banco Central Europeo específico claramente que la refinanciación no es un indicativo de solvencia, sino muy al contrario, se trata de créditos que formarían parte de la morosidad (non-performing), por lo tanto, si esta nueva entrega de liquidez a la banca europea prevé hasta un máximo de 1.2 billones de euros y la anterior barra libre fue de 1.1 billones de euros. Como se ve sin necesidad de ser un sesudo analista económico, es que el Banco Central Europeo lo que ha hecho realmente es una operación de refinanciación a un vencimiento a cuatro años (el doble de tiempo que la anterior LTRO que fue de dos años).
La nueva financiación del Banco Central Europeo contiene medidas de dos tipos, teatrales y de mejora de las condiciones de financiación para el sistema financiero.
La medida teatral destinada a limpiar y mejorar la imagen del Banco Central Europeo es la condición impuesta a los bancos para el uso del primer tramo de liquidez y que “sugiere” que dicho dinero se utilice para créditos al consumo y a la financiación de las empresas.
Cito literalmente el comunicado del BCE: “TLTRO equivalente al 7% del importe total de sus préstamos al sector privado no financiero de la zona del euro, excluyendo los préstamos concedidos a hogares para la adquisición de vivienda, vivos a 30 de abril de 2014. En dos TLTRO sucesivas que se llevarán a cabo en septiembre y diciembre de 2014, las entidades de contrapartida podrán obtener fondos por un importe acumulado que no exceda esta asignación inicial.”
El supuesto castigo para las entidades que no destinen este dinero al sector no financiero sería de dos tipos, el primero de ellos la devolución íntegra del dinero prestado: “Las entidades de contrapartida que se hayan financiado mediante TLTRO y cuya financiación neta al sector privado no financiero de la zona del euro, excluidos los préstamos a hogares para la adquisición de vivienda, en el período comprendido entre el 1 de mayo de 2014 y el 30 de abril de 2016 se sitúe por debajo del valor de referencia habrán de devolver los fondos en septiembre de 2016.”
La segunda medida de castigo sería imponer un interés negativo del -0,10% al exceso de dinero depositado en el BCE por los bancos:” l tipo de interés negativo de la facilidad de depósito se aplicará asimismo a: i) el nivel medio de las reservas de las entidades de crédito que sobrepase los requerimientos de reservas mínimas;”
Ahora veamos porque digo que estas medidas son teatrales aunque en teoría estarían destinadas a ayudar a inyectar liquidez y crédito en la economía real permitiendo una cierta reactivación del consumo y a permitir a las empresas un mejor acceso al crédito, tanto para refinanciarse, como para poder emprender nuevos proyectos que dinamicen la economía real.
En primer lugar, porque el condicionado sólo afecta a una tercera parte del total del préstamos del BCE, 400.000 millones de euros. Los restantes 800.000 millones de euros podrán ser usados por la banca para lo que quieran, sin limitación alguna.
En segundo lugar, porque el propio Banco Central Europeo estaría dispuesto a comprar el 100% de las emisiones de bonos garantizadas con los activos de los préstamos al consumo y los créditos a empresas concedidos con los 400.000 millones de euros de los dos primeros tramos de la subasta de liquidez.
Esto supone en términos reales que los bancos emitirán bonos por valor de 400.000 millones de euros y para que los compre el BCE y de esta manera recuperar el 100% del dinero y en esta ocasión sin condición alguna.
Esta maniobra permite tanto a sistema bancario como al BCE dar una imagen de compromiso con la reactivación de la economía real aunque en realidad no es más que un intercambio de cromos entre el BCE y el sistema financiero.
Esta parte del teatro aparece en la última parte del comunicado del BCE: “El Consejo de Gobierno ha decidido intensificar los trabajos preparatorios relacionados con las compras simples en el mercado de bonos de titulización de activos a fin de mejorar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria, teniendo en cuenta el papel de dicho mercado para facilitar nuevos flujos de crédito para la economía. En el contexto de esta iniciativa, el Eurosistema considerará la adquisición de bonos de titulización de activos simples y transparentes con activos de garantía consistentes en derechos frente al sector privado no financiero de la zona del euro, teniendo en cuenta las modificaciones deseables en el entorno regulatorio, y trabajará a este fin con otras instituciones concernidas.
El Eurosistema determinará las modalidades apropiadas para la aplicación de esta medida, incluyendo los requisitos esenciales que los bonos de titulización de activos han de cumplir para ser admisibles.”
Tercero, aún en el caso que algún banco pasara de destinar el dinero a créditos al consumo y a la empresas, el BCE le permitiría financiarse al 0,10% de interés, sin condición alguna por un periodo de entre 27 y 30 meses. Lo que supone obtener liquidez muy barata por durante 2 años y medio, opción que podría interesar a algunos bancos.
Cuarto, las consecuencias de este maquillaje teatral que inyecta a presión 400.000 millones de euros en la economía supondrán por un lado un aumento en el capítulo de comisiones y que mejorará las cuentas de resultados de la banca europea creando una falsa imagen de estabilidad.
Quinto, como consecuencia negativa de todo lo anterior asistiremos como espectadores al nacimiento de una nueva burbuja tanto en los créditos al consumo, como en los créditos a las empresas que supondrá una nueva tragedia para las familias ya de por si sobre endeudadas y al mismo tiempo veremos cómo empresas que habían aguantado a duras penas los embates de la actual crisis económica termina cerrando definitivamente y con ello enviando a miles de trabajadores a engrosas las listas del paro.
El segundo tipo de medidas serían las que denomino “de mejora de las condiciones de financiación para el sistema financiero”
La primera es mejorar las condiciones de financiación respecto a la anterior subasta de liquidez.
La mejora de las condiciones de financiación se da tanto a nivel temporal, como en la diminución del pago de intereses.
Se duplica el tiempo de vencimiento, en la primera subasta fue de dos años, mientras que en esta segunda subasta el vencimiento será de cuatro años, finalizando en septiembre de 2018.
En cuanto a los intereses se establece el 0,10%, muy inferior al de la anterior subasta liquidez. Para que lo veamos más claro lo que supone esta rebaja en los tipos de interés pondré el ejemplo de la banca española.
Por si alguno no lo sabe, el 0,10% de interés es el punto de partida para aquellos bancos que usen como aval deuda de alta calidad, pero en el caso de la banca española que no tiene ese tipo de deuda y suele usar la deuda soberana como garantía se le aplica una especie de castigo que hace que aumenten el tipo de interés a pagar.
En cualquier caso el beneficio es evidente, mientras que en la primera subasta de liquidez la banca española pagaba un tipo de interés del 0,65%, en esta segunda subasta lo verá reducido hasta el 0,25%, lo que equivale a decir que la refinanciación ha permitido que la banca española consiga un ahorro del 0,40%. Esta reducción en los gastos de financiación estoy seguro que también terminara viéndose reflejada en la mejora de sus cuentas de resultados y aumentará los beneficios de la banca española a cuenta del BCE.
La segunda es el uso de la liquidez para obtener beneficio a través del carry-trade, aunque en esta ocasión este tipo de operativa que supone usar financiación al 0,25% para comprar deuda soberana y venderla al 2,585% en el mercado secundario al Banco Central Europeo.
Sin bien en esta ocasión en apariencia quedaba descartada en la primera parte de la LTRO el uso de carry-trade, como hemos visto es tan sólo un espejismo ya que gracias a las emisiones de bonos los bancos podrán usar el dinero de forma libre.
El uso por parte de los bancos del carry-trade es el mecanismo de los tontos ya que el BCE se ha comprometido ha comprar mucha más deuda soberana que anteriormente y en especial de los países periféricos como España. De tal manera que la compra de deuda soberana española por parte de los bancos será nuevamente un mero intercambio de cromos ya que comprará con una mano al Estado español y la venderá con otra en el mercado secundario al BCE obteniendo pingues beneficios y al mismo tiempo evitando la acumulación en cartera de nueva deuda soberana.
En definitiva, saca balones fuera que vamos ganando. Por un lado la banca obtiene un beneficio extra pro intermediar en la compra-venta entre al gobierno de España y el BCE y por otro lado permite que la deuda soberana siga aumentando y por lo tanto haciendo cada día más dependiente al Estado español de entidades supranacionales y que le obligaran a seguir las políticas dictadas desde estas instituciones supranacionales en detrimento de la soberanía nacional.
Tercera, en un intento absurdo del BCE por generar una apariencia de estabilidad del sistema financiero y de las economías nacionales la compra masiva de deuda soberana el uso continuado de financiación barata y del carry-trade ha llevado al bono español a estar en estos momentos por debajo de bono norteamericano.
Esta situación artificial resulta aún más inexplicable si vemos la evolución del bono español a 10 años en un periodo más largo de tiempo, sonde se puede apreciar que el nivel actual es el más bajo desde 1.789.
No hace falta ser muy listo para concluir que es imposible español pudiera estar por debajo del bono norteamericano y más aun teniendo en cuenta los niveles de deuda pública, el déficit público, la constante contracción dela economía real y unos niveles de corrupción insoportables en España.
Esta evolución del bono es un buen ejemplo de cómo los neoliberales que abogan por la libertad de mercado, realmente lo que hacen es manipular ese supuesto libre mercado el beneficio a las grandes corporaciones y simplemente quieren eliminar aquellas limitaciones que han impuesto los estados con el fin de proteger a sus ciudadanos para poder saquear sin molestias a la economía real.
Esta nueva riada de liquidez del Banco Central Europeo no sólo no solucionará nada del problema de solvencia del que adolece el sistema financiero europeo, sino que provocará nuevos recortes sociales, subidas de impuestos indirectos como consecuencia de la reducción en la recaudación de los estados, diminución del tejido económico y aumento.
Dicho de manera más clara, bajaremos otro escalón más en la ya profunda crisis económica en la que vivimos.
Para que exista un cambio de tendencia es necesario reducir los privilegios de la creación del dinero por parte de la banca y eliminar el vasallaje del BCE hacia el sistema financiero.
También es necesario acabar con esa idea infantil que se transmite una y otra vez sobre un sistema financiero que actúa en simbiosis con la economía real, cuando la realidad es que el sistema financiero bajo el esquema actual es un parasito que no tiene límite en la acumulación de beneficios y busca absorber el 100% de los recursos de la economía real, independientemente de que esto suponga enfermar o incluso matar a su huésped.
Espero que este artículo y el programa de Radio Gramsci ayuden a conocer más en profundidad las auténticas consecuencias de las medidas del Banco Central Europea y que tan sólo buscan el beneficio a corto plazo del quebrado sistema financiero y que provocarán aún más sufrimientos a los ciudadanos hundiéndoles aún más en una crisis económica que cada vez se ve más lejos una salida y en cambio parece que va a terminar siendo un punto de partida.
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