A raíz de los datos hechos públicos por el Bancos Central Europeo con motivo de los “Tests de Stress” a la banca europea he podido comprobar con completa seguridad que el gobierno ya ha establecido una nueva estrategia de rescate a la banca que le permite solapar dicho rescate en las cuentas públicas y diluirlo fiscalmente mediante reducciones extraordinariamente substánciales en los impuestos estatales como el IVA, Impuesto de Sociedades, etc.
La enorme ventaja de adoptar esta estrategia es que a la hora de presentar las cuentas del Estado, las cantidades de dinero trasferido de manera directa a la banca y que impacta sobre el déficit público es muy pequeña y en el caso de 2013 se ha reducido tan sólo a 4.897 millones de euros.
Lo mismo pasa con la compra de activos a la banca a través del FROB o la SAREB, que afectaba a la deuda pública y que se ve reducida en 2013 a 6.981 millones de euros.
Una vez cubierta la banca a través de los artificios fiscales de los “Activos Fiscales Diferidos”, DTA y de los “Créditos Exigibles ante las Administración Tributaria”, Créditos fiscales, el gobierno lo único que tiene que hacer es compensar la pérdida de ingresos fiscales de 62.184 millones de euros del año 2013 a los ciudadanos españoles y a la pequeña y mediana empresa aumentando la presión fiscal, persiguiendo la pequeña evasión fiscal, recortando las partidas relativas a educación, sanidad, etc y vendiendo o trasfiriendo las empresas y servicios públicos a la iniciativa privada.
Sin lugar a duda esta jugada de rescate fiscal a la banca española le permite al actual gobierno presentar argumentos de insostenibilidad del sistema público por falta de ingresos fiscales y prepara el terreno a acuerdos comerciales como el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones, TTIP que en estos momentos está negociando la Unión Europea y Estados Unidos.
Las consecuencias inmediatas de este tipo de política de subsidiación al sistema financiero supone un pago de intereses en 2014 de 39.395 millones de euros a cargo del bolsillo de todos los españoles, mientras que quienes han causado esta crisis humanitaria, se ven premiados con la exención de impuestos casi total.
En este sentido de señalar culpables, no quiero perder la oportunidad de señalar que el adalid de la buena gestión económica, Alemania, ha subsididado de manera descarada a una banca quebrada como se puede ver en la imagen, inyectando a la banca cargo de la deuda pública, 217.912 millones de euros en 2013, gracias a los intereses negativos de su deuda soberana, fortalecida por la débil posición de los países rescatados.
Todos los datos presentados en este artículo tiene como fuente Eurostat o el Banco Central Europeo y me ratifican en la idea que en un corto espacio de tiempo, inferior a un año, sufriremos una nueva crisis provocada por la "Burbuja de la Deuda Soberana", absolutamente insostenible por mucho que el BCE haya asumido la financiación de la banca europea con sus últimas medidas.