Hay numerosos ahorradores desean
invertir en Bolsa, pero un miedo cerval al riesgo les invade y hace que desechen esta idea, llevando sus ahorros a productos más seguros, aunque con poco rendimiento.
Este miedo hace que los
fondos de inversión de renta fija o a lo sumo con un 20 por ciento de variable sean los reyes de la inversión. La realidad es que se puede invertir con un mínimo riesgo y la posibilidad de obtener un mayor rendimiento del capital.
Renta fija
Un ahorrador que desea invertir un 75% de su dinero en renta fija y el resto el 25 % estaría dispuesto a invertirlo en renta variable, en definitiva, en la Bolsa.
La tendencia habitual es la de ir a una entidad bancaria y
comprar Letras o Bonos del Tesoro, con lo cual estamos pagando unos gastos innecesarios a la entidad bancaria o depositamos el dinero en un Fondo de Inversión de renta fija.
Los fondos de inversión que nos ofrecen las entidades suelen tener una bajísima rentabilidad, además de conllevar unos gastos de gestión del Fondo.
En definitiva, el ahorrador paga unos gastos a la entidad por simple desconocimiento, dichos gastos reducen aún más el exiguo rendimiento de los
fondos de renta fija.
Hoy en día es posible comprar renta fija de forma directa a través del Banco de España o bien hacerlo de manera presencial en la entidad o en la página web habilitada por el Tesoro Público.
El mecanismo es sencillo se abre una cuenta en el Banco de España y se pueden realizar inversiones desde 1.000 euros y la fiscalidad es del 19% y del 21% a partir de 6.000 euros.
Con este simple paso nos hemos quitado los intermediarios y hemos reducido comisiones superfluas. La consecuencia directa es el aumentado la rentabilidad de nuestro dinero.
Bolsa de valores
Ahora que ya se ha invertido el 75% del dinero en renta fija. Surge el primer inconveniente, este 25% que se ha reservado para la renta variable ¿dónde y en qué
valores de Bolsa se ha de invertir para obtener una mayor rentabilidad?
Los principales y más seguros valores de
la Bolsa española son Telefónica, Banco Santander, BBVA, Repsol, Iberdrola sumando en su conjunto el 68,44% de la ponderación del Ibex 35.
La estrategia más conveniente es la de emular la actuación de los fondos de inversión de renta variable, simplemente compran duplicando la ponderación de cada valor en la Bolsa, en el caso que nos ocupa el índice de referencia sería el Ibex 35.
Esto llevaría a invertir 23,42% en Telefónica, 20,49% en el Banco Santander, 9,64% BBVA, 8,54% Iberdrola y el 6,35% en Repsol. La suma total es del 68,44% y permite una reserva del 31,56% para establecer un seguro frente a las pérdidas.
Todos los valores mencionados anteriormente son los que reparten mayores dividendos entre sus accionistas. En el 2010 Telefónica repartió un dividendo bruto por acción de 65 céntimos de euro un 7,58%, Santander 23 céntimos de euro un 7,31%, BBVA 9 céntimos de euro un 4,91%, Iberdrola 15 céntimos de euro un 5,80%, Repsol 53 céntimos de euro un 4,21%. Se puede observar que el rendimiento de la inversión es superior a lo que se obtiene en renta fija.
Instrumento de cobertura de la inversión
En los mercados financieros no son solamente cotizan las acciones bursátiles, sino que existen otros productos que pueden ayudar a eliminar o al menos minimizar las pérdidas que puedan producir la inversión en valores de Bolsa.
Uno de estos productos son los warrants y se cotizan en
el mercado secundario. Pero ¿qué es un warrant? Se puede definir como un instrumento de cobertura de riesgo que permite evitar las pérdidas en una cartera de valores.
Cuando se compran valores, estos están sujetos a los vaivenes del mercado, es evidente que en un mercado alcista no es necesaria ningún tipo de cobertura pues siempre existirá una revalorización de la inversión, pero en mercados fluctuantes resulta necesario establecer algún tipo de cobertura.
Los warrants
Cuando se decide establecer una cobertura dinámica se compran
put que equivalgan al número de acciones que se posee en la cartera. Dichos
put deberán estar en lo que se denomina “en el dinero” o lo que es lo mismo que el precio del ejercicio establecido en
el warrant sea el mismo que el del subyacente que asegura. Además, y debido a que los warrants van perdiendo valor con el paso del tiempo, se deben vender nuevamente una vez haya desaparecido la situación de riesgo de depreciación del valor asegurado o con un “
stop loss” que marque la perdida máxima a asumir.
Esto que parece un auténtico galimatías, pero se puede aclarar con un ejemplo.Supongamos que se compran 1.000 acciones de Telefónica a un precio de 17 euros y se cree que bajarán los acontecimientos del momento.
En este caso, los warrants de Telefónica de BNP Paribas tiene una paridad 2/1, por cada dos warrants una acción y un precio de 0,61 euros.
Se comprarían 2.000
warrants put, strike 17 euros y un vencimiento por ejemplo de dos meses que es el periodo que se considera de peligro. Esta operación sería de 2.000 por 0,61 euros igual a 1.220 euros. Si se diera la bajada, el valor del
warrrant put aumentaría y compensaría la pérdida de valor de la acción.
El coste de cobertura es del 7,18% como máximo respecto al total de la inversión. Este coste puede ser menor, si cuando se detecta el nuevo movimiento alcista se venden los warrants y se compensa la pérdida, con las ganancias sobre el capital de la inversión principal.
Prudencia a la hora de operar en Bolsa