Rubalcaba dice que en España se cree que la energía es gratis. Sin embargo, los españoles pagan la energía más dara que en muchos países de Europa.
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Tras las declaraciones del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba en referencia al consumo energético de España como: “España pensaba que la energía era gratis, pero es carísima”, es necesario reflexionar sobre la veracidad de esta afirmación.
La dependencia energética de España
Está claro que la dependencia energética del petróleo supone un problema más estratégico que un problema de precio. Es cierto que si sube el precio del petróleo evidentemente suben los costes generales, haciendo que nuestra economía sea menos competitiva y esto repercute directamente sobre la tan necesaria recuperación económica.
Pero el factor más importante es la inestabilidad política de los países productores que pone en riesgo el futuro suministro de petróleo y abre la veda a los especuladores en los mercados internacionales, que hacen su agosto en marzo.
Pero la mejor forma de ver la realidad de la frase es analizar el precio del gas, para saber su repercusión sobre el nivel adquisitivo del ciudadano español.
Coste del gas natural
En España el coste del KW/h para el consumidor final es de cuatro céntimos de euro antes de impuestos, en el mes de noviembre de 2010 en esas mismas fechas, el megavatio hora puesto en frontera; según Hacienda Pública, 18,25 euros MW/h, o lo que es igual a 19 céntimos de euro el KW/h. A esto hay que añadir un coste de distribución del 30% más un 10% de costes varios. Según esto, el coste final es de 2,5 céntimos de euro, quedando un margen de beneficio bruto por KW/h de 1,575 céntimos de euro.
Al beneficio anterior habría que añadir lo que cobran por disponibilidad más el coste de alquiler de los equipos.
Consecuencias del precio del gas sobre el usuario final
La posición de España en precios respecto al resto de los países comunitarios se encuentra en la posición cuarta, solo Suecia, Portugal y Dinamarca tienen precios más caros que España. Por compararnos en cuanto a precio con los países económicamente más potentes de Europa, España tiene unos precios más altos que Francia que ocupa la sexta posición, dos puestos por debajo de España, Alemania novena posición, Inglaterra la decimotercera plaza.
También es necesario comparar el coste del gas natural en relación con el esfuerzo del consumidor español para el pago de la misma en relación a la renta per cápita del resto de los países de La Unión Europea, para poder tener un conocimiento real de la posición del consumidor con respecto al precio final del gas.
Al igual que ocurre con el precio, en el esfuerzo de pago, el resultado es nuevamente desalentador. España ocupa el puesto trece, con un esfuerzo de pago respecto a los ingresos medios de un 10,4%, mientras que en Inglaterra es de un -16,1%, Alemania de un -11,8%, Francia de un 2,0% y Portugal en este caso se lleva el porcentaje más alto un 43,4%.
La trampa del gas natural
Se acusa al conjunto de los ciudadanos que consumimos demasiado petróleo y que eso nos va a llevar a un déficit en el abastecimiento en el futuro. Por otro lado, ha promovido el uso del gas natural frente a otras alternativas más ecológicas y sostenibles. La evolución del gas natural en España ha sido espectacular; de 15 millones de metros cúbicos en 1999 a 34,6 millones de metros cúbicos en el año 2009, en diez años se ha duplicado las importaciones de gas a España y en estos momentos 15,5% del consumo total de energía de este país.
Este aumento del gas puede llevar a preguntar ¿Si la inestabilidad en los países puede llevar a un problema de suministro de petróleo?, ¿no podrían aplicarse también estos mismos problemas al gas natural?
En este sentido, el Gobierno no hace ni la más leve mención ¿por qué? La respuesta la tendremos con el desarrollo de los acontecimientos mundiales.
Beneficios de las empresas petroleras y de gas
Repsol en el año 2010 triplico sus beneficios hasta llegar a 4.693 millones de euros; Iberdrola 2.824 millones de euros; Endesa 4.129 millones de euros; Gas Natural 1.201 millones de euros.
Encima no paran de hablar del déficit energético que soportan y valoran en 15.000 millones de euros. ¿Quién se puede creer la existencia del citado déficit?
La conclusión que se puede extraer sobre este déficit, un tanto increíble viendo los beneficios de las empresas generadoras de electricidad, es que al final será el ciudadano de a pie quien lo va a pagar, lo que más es difícil de determinar es cuando y como lo van hacer.
España, a la cabeza en precios energéticos
La primera y más evidente, es que España tiene el honor de estar a la cabeza de los precios del gas en la Unión Europea y por si fuera poco, el pago de dicha factura supone un esfuerzo extraordinario para el ciudadano.
Ante los datos expuestos, las palabras del ministro del Interior Pérez Rubalcaba son parcialmente falsas, pues es evidente que la energía no es gratis ya que los españoles la pagan cara, más cara que sus socios europeos y en algo tiene razón, a los españoles les resulta carísima.
Habrá que esperar a que esta crisis energética permita a España crear un plan de futuro para evitar la dependencia del gas y del petróleo y que los políticos aúnen sus esfuerzos y no pierdan el tiempo en vanas medidas o en enfrentamientos partidistas.
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