Desde la publicación por parte del diario “El País” de los denominados “papeles de Bárcenas” ha comenzado en España una extraña pandemia que  ha provocado un río de muestras de transparencia por parte de la clase política española mediante un medio que al menos resulta curioso, la publicación de sus respectivas “declaraciones sobre la renta”.
Libertad adversus Política
Libertad adversus Política

Esta estrategia del acceso a las Declaraciones de la Renta parece seguir el antiguo dicho de “No sólo se debe ser honrado, sino parecerlo”, aunque con una pequeña diferencia sobre el hecho histórico, en aquel entonces Cesar repudió a Pompeya Sila como esposa, mientras que en el caso de los políticos españoles ninguno ha dimitido (equivalencia al repudio del hecho histórico), sino que se aferran  a su poltrona como posesos, mostrando la imagen más abyecta sobre quienes se supone que son los depositarios de la Soberanía Popular.

Mi intención en este pequeño artículo no es más que una pequeña reflexión sobre la actitud de los políticos españoles y como de forma continuada desoyen la voluntad de los ciudadanos.

En primer lugar señalar que el hecho de hacer pública la Declaración sobre la Renta no indica nada, de hecho si viéramos la Declaración sobre la Renta del Sr. Bárcenas, observaríamos unas cifras inmaculadas y absolutamente justificadas de sus ingresos y gastos, aun cuando haya sufrido un pequeño olvido al no citar en los últimos años que posee dos (al menos) cuentas en Suiza con un saldo de 22 millones de euros, como se puede ver un detalle nimio comparado con su honesta y transparente Declaración a Hacienda.

En segundo lugar, por recordarles un pequeño detalle que el Señor Bárcenas si parece haber tenido en cuenta, el dinero negro, dinero B o como quieran llamarlo, por su propia naturaleza, no puede aparecer en ninguna Declaración a la Hacienda Pública ya que o bien supondría la apertura de un expediente o sería dinero A, o declarado de forma abierta. En este sentido sigo poniendo como  ejemplo al Sr. Bárcenas que parece conocer profundamente la diferencia entre dinero declarado y no declarado, les recomiendo a los señores políticos que si tienen dudas, le consulten.

Tercero, aunque parezca una tontería, sueldos netos de 40.000€/50…€, o declaraciones de patrimonio de más de un millón de euros (casi sin excepción sin cargos hipotecarios) no resultan nada edificantes para un país donde hay seis millones de parados, donde se ha promovido una reforma laboral que pone a precio de saldo el despido de los trabajadores, donde se inyecta con alegría el dinero a la banca privada y para más “inri” las ayudas de 400€ a los parados se vigilan con lupa, etc.

Sólo he de decir una sola cosa a la clase política, que no insulte a la inteligencia de los ciudadanos con más mentiras, no somos imbéciles, pero si somos conscientes de que la actual Democracia dirigida por políticos obedientes a los poderes económicos va a cambiar y renovándose en una sistema socia/económico real, donde primara la elección directa y la economía real, donde se opondrán dos términos “Demos” y “Koinomía”, el primero representa a las clases dirigentes, políticos y poder económico y el segundo a la participación, que es su significa etimológico, o dicho de otra manera a la soberanía popular que descansa en los ciudadanos y que sólo `puede ser efectiva a través de la participación directa en los asuntos que les conciernen.

Este país ha comenzado un proceso de cambio inexorable y lo único que pueden hacer los políticos es reprimirlo para intentar retrasar lo inevitable, porque como le sucedió a la mujer de Cesar, al final serán repudiados y el sistema de gobierno reconstituido en un modelo por y para los ciudadanos.

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