Inflacción en China


Una nueva jornada de pérdidas en el cierre de los mercados financieros asiáticos hace pensar que el rally de fin de año sólo fue un espejismo y que el mercado financiero mantiene un sesgo bajista aun cuando hay algunas jornadas de ganancias.

Por mercados el cierre fue el siguiente, el Nikkei perdió un -0,74% el Shanghái Composite -0,05%, el Hang Seng un -0,3%el Taiex un -0,02% y el ASX un -0,16%. En definitiva suaves pérdidas que si bien no indican un desplome sí que muestran la debilidad de los mercados financieros.

Los motivos aparentes de este cierre en plano fueron el dato de la inflación de China que fue dl 4,1% y la reducción del superávit japonés en un 85,5%.

En el caso del descenso del superávit era un  dato previsible, aunque se manejaba una reducción del 74%. Las razones de esta reducción son evidentes, por un lado la fortaleza del yen que dificulta la competitividad de sus exportaciones y en segundo lugar una disminución de las exportaciones a causa de la crisis de la deuda soberana europea y su repercusión sobre el consumo.

Si bien aún la situación de Japón es estable, existen factores de riesgo que podrían llevar a una de las economías más importantes del mundo hacia un periodo de recesión. A la ya mencionada disminución de las exportaciones por la fortaleza del yen y a la menor demanda de productos japoneses en los países desarrollados, habría que unir una demanda interna muy débil, y un alto endeudamiento del estado. Esta serie de factores de momento están estables, peo si alguno de ellos se deteriora en exceso podría provocar el efecto dominó haciendo caer a la economía japonesa en una profunda recesión.

El otro dato de la jornada ha sido el IPC chino que se mantiene en línea de lo previsto, subiendo tan sólo un 4,1% manteniendo la dirección bajista de los últimos cinco meses. El dato final del IPC en el 2.011 fue del 5,4%, muy inferior al 9,1% del año 2.010.

Los motivos de este descenso se basan en una drástica disminución de los precios industriales que pasan de subir un 2,7%, a un aumento de sólo un 1,7% y a la baja de los precios del sector inmobiliario junto a los sectores minoristas que le rodena. En el lado negativo la presión de los alimentos al alza, este elemento hace todavía inestable una previsión sostenible a la baja.

Desde mi punto de vista la esperanza de bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central de China quedará pendiente de la reducción de los precios de los alimentos frescos. Sería fácil suponer que un exceso de liquidez dispararía nuevamente la inflación y provocaría de nuevo tensiones en la economía China.

También resulta preocupante que este clima de sobre tensión de los mercados, el gobierno chino y en concreto sus gobiernos locales soporten un nivel de créditos incobrables del 30% según S&P. Este nivel de morosidad indica que las medidas tomadas en 2.008 para estimular la economía están en el centro del problema de la burbuja inmobiliaria. Este plan de estímulo provocó la concesión de crédito informales, que ahora las autoridades chinas intentan regular para evitar que aumente el nivel de deuda de los gobiernos locales.

Long Island, empresa de investigación ha presentado un informe donde mantiene que el gobierno chino tiene una deuda total del 82% del PIB, aunque tan sólo el 17% corresponde al gobierno central. Esta escasa deuda por parte del gobierno central y su enorme liquidez es lo que le permitirá controlar el impacto de la mora en los gobiernos locales y como consecuencia de ello e la economía china.

Parece necesario que China tome medidas en el marco regulatorio de crédito a fin de evitar el aumento de la mora y a su vez establecer, medidas de estímulo de la economía que permitan relanzar el crecimiento del gigante asiático.

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